Como artista del collage, me hago esta pregunta constantemente, sobre todo cuando veo cómo algunos creadores copian descaradamente el estilo de otros, apropiándose de elementos característicos que no les pertenecen. Hoy no voy a ser suave con este tema porque quiero que el collage comience a tomarse en serio como una verdadera técnica artística, no solo como un hobby o una moda. Es increíble cómo siguen apareciendo exposiciones sin curaduría o donde los artistas son elegidos a dedo, sin analizar a fondo el trabajo, el estilo y el statement de cada creador. Pero dejemos eso para otro día; hoy quiero centrarme en una cuestión crucial:
¿Dónde termina la inspiración y empieza la copia?
Para quienes trabajamos en el collage, esta línea puede ser especialmente confusa. Nos movemos entre fragmentos de imágenes ya existentes, reinterpretándolos, dándoles nuevos significados, y es natural que surjan influencias y referencias de otros creadores. Pero, ¿qué pasa cuando ese límite entre inspiración y copia se desdibuja hasta el punto de apropiarse de algo que no es suyo?
Este dilema cobra especial relevancia con un caso reciente que ha sacudido al mundo del arte. La reconocida artista de collage Deborah Roberts ha presentado una demanda por infracción de derechos de autor contra la galería Richard Beavers y la artista Lynthia Edwards, argumentando que las obras de Edwards imitan tan de cerca su estilo que pueden causar confusión en el público, dañando su reputación. Este caso, que aún sigue en los tribunales, nos plantea preguntas esenciales sobre la originalidad y el respeto a los derechos de autor en el collage.
En este artículo, quiero explorar cómo podemos distinguir entre inspirarnos en el trabajo de otros y caer en la copia. También hablaremos de los riesgos legales y de algunas prácticas que pueden ayudarnos a proteger lo que hace único nuestro estilo artístico.
El Caso Deborah Roberts y Lynthia Edwards: ¿Inspiración o copia?
El reciente conflicto entre Deborah Roberts (original) y Lynthia Edwards (¿copia?) ha generado un debate fascinante en el mundo del collage sobre los límites de la inspiración y la copia.
Todo comenzó en 2020, cuando el galerista Richard Beavers contactó a Deborah (original) para proponerle vender sus obras en su galería. Según Deborah, la galería le aseguró que muchos de sus clientes deseaban coleccionar su trabajo. Sin embargo, tras rechazar la oferta, Deborah (original) afirma que la galería alentó a Lynthia Edwards, (una artista de su galería), a replicar su estilo único de collage, caracterizado por el uso de fotografías y textiles para crear retratos de niños negros.
El conflicto se intensificó cuando, en la feria de arte Untitled Art de Miami en 2021, el artista Gio Swaby confundió una obra de Edwards (la copia) con la de Roberts (original).
Swaby le comunicó su confusión a Deborah Roberts, y ella afirmo: “Definitivamente me está copiando, de hecho, está usando las mismas imágenes que yo”. Aquí abajo puedes ver la similitud entre las obras:

Pero la historia tomó otro giro: Edwards (la copia) presentó una contrademanda, alegando que tanto ella como Roberts desarrollaron sus estilos de collage de manera independiente y que ambas comparten influencias similares, como el artista de collage Romare Bearden y la dadaísta Hannah Höch. La defensa de Edwards (la copia) sugiere que cualquier similitud es una coincidencia natural entre artistas con referentes comunes.
Este caso plantea cuestiones profundas sobre el respeto a la originalidad y los límites entre inspiración y copia en el arte contemporáneo. ¿Es esta situación una imitación intencionada o simplemente una coincidencia entre artistas con un bagaje cultural compartido? Sin duda, este caso seguirá dando de qué hablar en el mundo del collage.
¿Qué significa “inspirarse” en otro artista?
La inspiración es una parte fundamental del proceso artístico. Todos, sin excepción, comenzamos mirando a otros, admirando el trabajo de quienes vinieron antes que nosotros o de aquellos que comparten nuestra época. Y es totalmente natural, incluso necesario, tomar ideas, técnicas o temas de otros como punto de partida. Es como si sus obras nos dieran un empujón, un estímulo que abre puertas a nuestra creatividad.
En el collage, esta inspiración puede manifestarse de muchas maneras. Quizás veas a un artista que trabaja con retratos y eso te inspire a explorar los rostros desde otro ángulo. Tal vez admires el uso de la textura o el contraste en sus piezas y decides experimentar con esos elementos en tu propio trabajo. Incluso puede que encuentres inspiración en los temas sociales o personales que un artista aborda y sientas la necesidad de reflejarlos también en tu obra, desde tu propia perspectiva.
La clave está en el “cómo”. La inspiración se convierte en algo personal cuando tomamos esos elementos iniciales y les añadimos nuestro propio enfoque, mensaje y estilo. Es decir, cuando hacemos nuestro el proceso creativo y dejamos una huella única. Inspirarse en el trabajo de otros no es replicarlo, sino hacer una interpretación auténtica que refleje quiénes somos como artistas. Es, en esencia, un diálogo: recogemos ideas, las transformamos y las devolvemos al mundo con nuestra propia voz.
¿Cuándo la inspiración se convierte en copia?
La línea entre inspiración y copia es delicada, pero en el contexto artístico y legal, “copiar” tiene una connotación clara: es cuando alguien reproduce de manera intencionada el estilo o los elementos visuales característicos de otro artista sin aportar un toque personal.
Copiar implica una falta de transformación genuina; se trata de replicar el trabajo de otro de tal forma que el sello distintivo del creador original se mantiene sin ningún aporte propio. En el arte, y específicamente en el collage, esto va más allá de simplemente usar fragmentos similares: significa capturar la esencia, la estética y el mensaje del trabajo de otro artista y presentarlo como si fuera propio.
El caso de Deborah Roberts contra Lynthia Edwards nos da un ejemplo real de cuándo la inspiración cruza la línea y se convierte en copia. Según la jueza, algunos de los collages de Edwards eran tan similares a los de Roberts que podían causar confusión en el público. Al ser difícil distinguir entre el estilo de Roberts y el de Edwards, la jueza consideró que esta similitud podría afectar negativamente la reputación de Roberts, así como sus ingresos y oportunidades en el mercado del arte. En otras palabras, la obra de Edwards no solo tomaba inspiración de Roberts; la reproducía de tal manera que el público no podía discernir entre una y otra.

Pero, ¿cómo podemos saber si estamos inspirándonos o copiando? Aquí algunas señales de alerta:
- Imitar el estilo completo de otro artista: Esto incluye no solo los elementos visuales, sino también el enfoque, la técnica y la atmósfera general de las obras.
- Usar los mismos temas o conceptos sin reinterpretarlos: Si los temas que abordas son idénticos a los de otro artista y tu enfoque no ofrece una perspectiva única, puede ser un signo de que estás copiando en lugar de inspirarte.
- Reproducir la composición de las piezas originales: Si tu obra conserva la misma disposición de los elementos, los colores predominantes y el mismo tipo de figura o motivo visual, es probable que estés demasiado cerca de la copia.
- Falta de una voz personal: La inspiración debería servir para que encuentres tu propio lenguaje. Si alguien observa tu trabajo y lo primero que le viene a la mente es otro artista, es una señal de que no has transformado suficientemente tu referencia artística.
En el fondo, copiar significa adoptar una estética ajena como propia, sin añadirle una interpretación que exprese quién eres como creador.
¿Qué riesgos legales existen al copiar el estilo de otro artista?
Copiar el estilo de otro artista no solo plantea cuestiones éticas, sino también riesgos legales considerables. En el ámbito del arte visual, las leyes de derechos de autor están diseñadas para proteger la originalidad y asegurar que los creadores puedan beneficiarse y tener control sobre sus obras. Estas leyes son especialmente relevantes en el collage, donde los límites entre la inspiración y la copia pueden ser difíciles de definir. Puedes leer más sobre derechos de autor en el collage en mi blog.
Derechos de autor y la “similitud sustancial”
Las leyes de derechos de autor protegen la expresión visual original de un artista, no las ideas generales o los temas. En otras palabras, no se puede registrar un “estilo” en sí mismo, pero sí el trabajo individual que resulta de ese estilo. Sin embargo, cuando dos obras son lo suficientemente parecidas, el concepto de “similitud sustancial” entra en juego.
La similitud sustancial es cuando una obra se parece tanto a otra que un observador razonable podría confundirlas o verlas como idénticas en esencia. En este caso, como el de Deborah Roberts, se plantea si el público podría confundir la obra de Edwards con la de Roberts, lo cual podría dañar la reputación y el valor de la obra original. Esto se considera una forma de competencia desleal, ya que podría afectar las oportunidades comerciales y el posicionamiento de Roberts en el mercado.
El Concepto de “Trade Dress”
Otro aspecto legal importante que pocos artistas consideran es el “trade dress”. Este término legal se refiere al “aspecto y sensación” distintivo de un producto o servicio que le da identidad comercial en el mercado. Aunque “trade dress” se aplica más comúnmente en el diseño de productos comerciales, también puede usarse en el arte visual.
Si un artista ha logrado una apariencia visual tan única y reconocible que es vista como una marca de su estilo, cualquier copia de ese “trade dress” podría interpretarse como una imitación intencionada para engañar al público. En el caso de Roberts, ella alegó que la galería y Edwards estaban imitando su “trade dress”, lo cual podría diluir la originalidad de su estilo y dañar su distintividad en el mercado.
Consecuencias de copiar el estilo de otro artista
Los riesgos de copiar el estilo de otro artista son más profundos de lo que muchos creen. Las posibles consecuencias incluyen:
- Demanda judicial: Si el artista original considera que sus derechos de autor han sido infringidos, puede demandar al creador de la obra similar. Este proceso no solo es costoso, sino que también puede traer consigo una sentencia económica que incluya indemnizaciones por daños y perjuicios.
- Daños a la reputación: Si se descubre que un artista está copiando el estilo de otro, la comunidad artística puede cuestionar la autenticidad de su trabajo. Esto puede llevar a una pérdida de credibilidad y prestigio, algo fundamental para el desarrollo profesional de cualquier artista.
- Pérdida de oportunidades profesionales: En un mercado competitivo, la originalidad es crucial. Ser conocido como alguien que imita puede cerrar puertas importantes, desde galerías hasta becas y residencias artísticas.
¿Cómo puedes proteger tu propio estilo de collage?
Para proteger tu estilo en el collage, toma algunas medidas clave:
- Registra tu trabajo: Esto es fundamental si planeas vender o exponer tus obras, ya que te brinda protección legal. Por ejemplo todas mis obras, textos y frases identificativas están registradas en safecreative.org, de esta forma si alguien copia, vende o reproduce mi marca personal o estilo puedo iniciar un proceso legal.
- Documenta tu proceso creativo: Mantén registros de bocetos, ideas y pasos de creación como evidencia de tu enfoque único. Por ejemplo, Instagram puede servir como prueba de autoría, ya que cada publicación muestra la fecha en que compartiste tu obra.
- Desarrolla un portafolio sólido: Muestra tus piezas más distintivas y representativas de tu estilo personal. No te preocupes si en algún momento has experimentado con el estilo de otros; simplemente guarda esos ejercicios para ti. Yo misma, en ocasiones, he notado similitudes con mis referencias y, en esos casos, prefiero no distribuir ni vender esas obras.
Si detectas que alguien está imitando tu estilo de forma evidente, no dudes en consultar a un abogado especializado en derechos de autor. Proteger tu identidad artística es esencial para tu desarrollo profesional.
Consejos para encontrar inspiración sin caer en la copia
Aquí algunos consejos prácticos para inspirarte sin perder tu autenticidad:
- Busca inspiración en varias fuentes: No te limites a seguir a unos pocos artistas; explora otros campos, culturas y estilos que puedan enriquecer tu visión.
- Desarrolla una técnica propia: Prueba métodos y procesos que te resulten únicos y personales. Experimentar te ayudará a crear una identidad visual propia.
- Juega con materiales, colores y composiciones: Rompe con la rutina, prueba nuevas combinaciones y dale a tu obra una personalidad que sea solo tuya.
Recuerda que la inspiración es un trampolín, no un modelo exacto a seguir. Explorar tu propia voz artística hará que tu trabajo destaque y refleje quién eres realmente como creador.
Gracias por leer este artículo y por ser parte de esta comunidad apasionada por el collage. Tu apoyo es fundamental para que pueda seguir investigando y compartiendo contenido valioso sobre esta maravillosa técnica. Si quieres contribuir a que el collage se tome en serio y explorar más de mi trabajo, te invito a visitar mi tienda online. ¡Cada visita y cada compra me ayudan a continuar con este viaje artístico!