La importancia del error en el proceso creativo

La importancia del error en el proceso creativo

¿Y si el error no fuera un enemigo?

El error en el collage no solo es inevitable, es parte de la composición. Créeme, llevo 17 años de prueba y error, recortando, pegando, cambiando de idea, resignificando imágenes… y no siempre me gusta lo que hago.

Pero con el tiempo he aprendido algo: esos momentos en los que todo parece fallar son también una forma de avanzar. A veces no es cuestión de borrar, sino de mirar de nuevo. El collage tiene esa magia: te permite recomponer desde el fallo, transformar lo que parecía un desastre en algo poderoso.

De eso va este pensamiento que hoy quiero compartir contigo: cómo convertir los errores en parte del proceso creativo, y por qué nunca deberías tirar esos collages que no te convencen. Porque incluso las ideas que no te gustan hoy pueden ser el punto de partida de algo que aún no has descubierto.

Errores creativos: semillas de nuevas ideas

A veces un error no es más que una expectativa que no se ha cumplido. Pensabas que una imagen iba a encajar perfectamente y, al pegarla, rompe toda la armonía. O ese fondo que parecía tan sugerente, de pronto, se vuelve plano. Hay errores de composición, de color, de ritmo visual… pero también hay errores más sutiles, como cuando la idea que tenías en la cabeza no logra materializarse en el papel.

Y aunque da rabia, esos errores son terreno fértil. Muchas veces me ha pasado que una pieza mal colocada me ha obligado a tomar decisiones inesperadas, que luego han dado fuerza al collage. Lo que parecía un fallo, en realidad me estaba empujando a mirar desde otro ángulo. A veces un error te obliga a cortar más, a cubrir, a girar, y justo ahí aparece una imagen nueva, más honesta, más atrevida.

Recuerdo una vez que, sin querer, recorté mal el rostro de una figura central. No había marcha atrás. Así que decidí intervenirlo con otras capas, tapar partes, exagerar el gesto… y terminó siendo uno de mis collages más potentes. Fue el error el que me sacó del piloto automático. El que me obligó a improvisar.

El collage, al final, tiene algo de jazz visual: no se trata de evitar los errores, sino de saber usarlos para improvisar y reinterpretar. No todo lo que falla está roto. A veces, simplemente, está esperando otra oportunidad para decir algo distinto.

Nunca tires tus collages “fallidos”

Un collage que no te convence no es un final, es una base. Una superficie ya vivida sobre la que puedes intervenir de nuevo. En lugar de empezar desde cero, prueba a trabajar sobre ese collage. Tápalo parcialmente, corta en diagonal, añade texturas, recorta fragmentos que sí funcionan y úsalos en otra pieza. El error puede ser reciclado.

Una técnica que a mí me funciona mucho es escanear el collage y empezar a jugar con él digitalmente. Al modificar el tamaño, girarlo o superponerlo con otras imágenes, aparecen caminos inesperados. También puedes fotocopiarlo y usar la copia como fondo para un nuevo experimento. Cambiar el soporte cambia la mirada.

Otra idea: usa esos “collages fallidos” como diarios visuales. Escribe encima con rotulador, pégalos en tu cuaderno de proceso, haz anotaciones. No hace falta que todo sea una obra final. Hay una belleza enorme en esas piezas intermedias que solo tú conoces.

Al reinterpretar lo que no funcionó, estás entrenando tu flexibilidad creativa. Y eso, más que cualquier técnica, es lo que te mantiene avanzando.

Nunca tires tus collages “fallidos”

El error no se corrige, se recicla

En el collage —y en la vida— no todo tiene que salir bien para tener valor. Los errores no se esconden ni se corrigen como si fueran una mancha, se reciclan. Se transforman en capas, en textura, en historia. Lo que hoy parece un fracaso, mañana puede ser la base de algo que ni te imaginabas.

Reconciliarse con el error es dejar de luchar contra tu propio proceso. Es aceptar que crear es arriesgarse, equivocarse y seguir jugando. Porque al final, el collage también va de eso: de coger lo roto, lo suelto, lo descartado, y darle un lugar. De convertir lo que sobra en significado.

Así que, dime…
¿Qué vas a hacer hoy con ese collage que creías perdido?
¿Y si en lugar de tirarlo, le das una segunda vida?

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Adriana Bermúdez

★ Soy un collage ⁞ Artista Visual, PH.D en Comunicación Audiovisual

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